sábado, 2 de junio de 2007

Silencio de negra... o un suspiro inadvertido


A LA MUSICA

Plaza de la Estacion, En Charleville

A la plaza que un cèsped dibuja, ralo y pobre,
y donde todo està correcto, flores, àrboles,
los burgueses jadeantes, que ahogan los calores,
traen todos los jueves, de noche, su estulticia.

-La banda militar, en medio del jardìn,
con el vals de los pífanos el chacó balancea:
-Se exhibe el lechuuino en las primeras filas
y el notario es tan sólo los dijes que le cuelgan.

Rentistas con monóculo subrayan los errores:
burócratas henchidos arrastran a sus damas
a cuyo lado corren, fieles como cornacas,
-mujeres con volantes que parecen anuncios.

Sentados en los bancos, tenderos retizados,
a la par que la arena con su bastón atizan,
con mucha dignidad discuten los tratados,
aspiran rapé en plata, y siguen: "¡Pues, decíamos!..."

Aplastando en su banco un lomo orondo y fofo,
un burgués con botones de plata y panza nórdica
saborea su pipa, de la que cae una hebra
de tabaco; -Ya saben, lo compro de estraperlo.

Y por césped verde de ríen los golfantes,
mientras, enamorados por el son del trombòn,
ingenuos, los turutas, husmeando una rosa
acarician al niño pensando en la niñera...


Arthur Rimbaud

Calla muchacha, que tus morbosidades y tu olor no escapa del tortuoso ruiseñor

revivio el blog, espero...

sábado, 3 de marzo de 2007

Dadme...



 Dame un segundo.
y en tu piel, lo hare una eternidad...
Entregame un suspiro,
y en mi boca retornara el eco
como un quejido debastador
que quiebra el miedo de la soledad...

 Regalame una sonrisa,
y la cuidare como una mariposa,
que mas que un tesoro, es una bendición
para estos ojos tristes y sin lagrimas...

 Obsequia a este pobre mendigo de desiertos
antiguos, una dulce palabra, y transformala en
el agua que apaga mi sed, en el pan que apaga mi hambre
y en el fuego que cubre mi corazon desnudo...